Varias lectorias, seguidoras y mamás que acompaño me han pedido que escriba sobre la escuela. No sé si responderé a lo que están esperando o necesitando, pero esto es lo que hoy siento y creo importante expresar para que socialmente repensemos, revisemos y, ojalá, ajustemos por el aprendizaje y desarrollo humano de nuestros hijos y de la humanidad.
No puedo hablar de la escuela sin contarte la siguiente experiencia o 'simple revelación'.
Era septiembre de 2021 en Buenos Aires, Capital Federal. Aún entre barbijos y presencia de la eterna pandemia que sufrió nuestro país. Al caminar por una plaza, con mucho cemento y poco césped, observaba a niños y niñas gritar y correr como si hubieran estado encerrados, quietos y con la boca tapada. ¡Claro!, lo habían estado hasta hacía un ratito.
De pronto, mientras continuaba mi marcha con sabor amargo por saberlos así, una información se me hace presente y me trae calma, paz. Algo, alguien, o Dios, me dijo: "en un tiempo la escuela no va a existir más. Al menos no así como la conocemos hoy".
Aún hoy recuerdo la sensación en mi cuerpo, me detuve porque no podía entender de dónde había venido esa información. Si había sido un pensamiento mío o algo más. Me di vuelta, observe a esos niños como pidiéndoles perdón y luego seguí viaje.
Cada vez que hablo de la escuela, ayudo a una familia, a mi sobrino o alguien me pregunta algo sobre educación, esa experiencia vuelve a mí con más fuerza. Aún, con el paso de los años, en lugar de olvidarla se ancla más en mí; y es que, lamentablemente, es una realidad en Argentina y en otros países, la escuela está caduca y conforme no se active un Plan de Renovación Pedagógica verdadero e íntegro, entonces dejará de existir porque en lugar de potenciar y ayudar a los chicos a crecer y superarse, muchos entornos los aplasta, los detiene, o incluso los apaga, los silencia y los desconecta de sí mismos.
Mi firme creencia de que la escuela está caduca y tenderá a desaparecer ha tomado fuerza estos años post covid, porque cada vez veo, escucho y recibo más familias decidas a desescolarizar y comenzar un nuevo proceso de Homeschooling. Yo misma ya lo considero para el futuro de mi propio hijo. Y ese es el fenómeno que hace y hará cada vez más contraste con la escuela actual, el homeschooling.
La escuela dejará de existir no porque los Estados la cierren, más bien porque las familias dejarán de elegir llevar a sus hijos, o en un escenario muy superador van a pedir y exigir un cambio, UN GRAN CAMBIO!
Sólo una gran Renovación Pedagógica puede salvar y transformar la escuela, y al día de hoy no está sucediendo.
En 2020 se sabía que unas 5.000 familias en Argentina hacen homeschool, al día de hoy (julio 2025) se cree que ese número se triplico y sigue creciendo, y muchas de esas familias han creado comunidades. Comunidades de Aprendizaje, como planeo desde ahora crear para cuando mi bebé llegue a sus 6 años. Mi intención es que mi hijo sí vaya al jardín, a un jardín del barrio con mucho espíritu familiar. Y luego con familias cercanas, del barrio, poder crear dicha comunidad; en la que todos aprendemos, en donde no solo vienen los chicos, también los padres, también hermanos, porque en la vida no nos relacionamos con personas de la misma edad. Comunidades que viven y aprenden durante todo el día en diversos entornos, porque todos aprendemos de todos y no importa dónde. Se aprende en la vida, no sólo en la escuela. Se aprende de experiencias, de ver, tocar, hacer y equivocarnos. No de lecciones de alguien "más instruido". Aprende el cuerpo y el corazón para que entonces la mente pueda recordar.
La escuela, con su modelo del viejo paradigma, está caduca porque no emociona, porque no sorprende, porque subestima, porque lastima, porque aburre, porque no se actualizó, porque no transforma, porque no ve a los chicos. Las familias cada vez cuestionan más, porque saben más y cada vez elijen menos las vivencias que sus hijos tienen allí y al final a la gran mayoría de mamás y papás que piensan o escuchan sobre "educar en casa" les preocupa una cosa y las desafía otra:
Les preocupa la socialización; ¿dónde hará amigos? ¿cómo haré para que esté con otros chicos?
Las desafía que no siempre es posible/deseado estar 'todo el día con sus hijos.'
Y aunque es un desafío y una gran decisión te pregunto...¿cuántas horas de tu empleo remunerado implicas, requerís para abonar el colegio de tus hijos? Tooodo el colegio no solo la cuota (útiles, uniforme, matrícula, transporte, viandas, viajes de estudio, etc).? y que no todo o pocas veces resulte como deseas. Para pensar...
La cuestión social es real e importante, más ¿cuántas de tus amistades actuales son de tu colegio? Quizá todas, pero son personas con el verdadero valor de la amistad? ¿O simplemente te reunís a veces y es un vínculo superficial?.
La cuestión social de los niños y niñas que conozco y hacen homeschool no es un problema. Porque aunque es un gran compromiso que se asume en casa, trae muchísima libertad y se dispone de tiempo y recursos para ir a otros espacios: deportes, música, actividades artísticas, taller de filosofía, cocina, ciencia, ajedrez, etc. hacer compras. jugar con vecinos. formar comunidad con otras familias homeschooler, visitar la biblioteca, un museo, etc.
Es un debate que da para mucho, pero para ir cerrando algunas concluiones y preguntas;
- ¿tu hijo/hija que aún va a la escuela está dichoso con ello? ¿lo pasa bien? ¿de verdad aprende? ¿Se desafían sus habilidades? ¿Está con proyectos que lo entusiasman tanto que quiere que sea lunes?
- Si me estás leyendo y sos maestra, ¿cómo es tu experiencia? ¿podés dar todo lo que planeas en la forma que deseas? ¿no ves la hora de que sea lunes para volver a clases? o esperas que sea viernes, feriado y vacaciones?
La Renovación Pedagógica es URGENTEMENTE IMPORTANTE.
Si sos maestra te sugiero mi curso grabado de Renovación Pedagógica.
Si sos directora o RL de un colegio te sugiero mi servicio de asesoramiento para la RP, me podés escribir y te cuento más.
Si sos mamá o papá que ya hace homeschooling o querés empezar mis sesiones de orientación y mis cursos pedagógicos son de gran ayuda.
El sistema ha roto la escuela y yo no estoy dispuesta a que mi hijo pague por platos que no rompió, porque ya comienzo a dudar de esa idea de que los cambios se hacen desde adentro porque veo más roturas que arreglos.
Cuando la escuela deja de ser un espacio de crecimiento, las familias buscan otras formas de educar, y no se trata solo de elegir homeschooling: se trata de preguntarnos qué escuela estamos brindando y cuántas habilidades está dejando afuera, sin que se note.
Deseo esta nota te haya servido y aportado claridad. Me puedes escribir por instagram @creserycriar o por correo electrónico: info@creserycriar.com para contarme tus reflexiones o preguntarme lo que necesites.
Gracias por leerme, ¡hasta la próxima nota!
Paula.
Autoria de Paula A. Fernández Mamá y escritora - Asesora de Crianza y Educación - Guía Montessori